Materiales didácticos para Educación Secundaria de Personas Adultas

Metodología y evaluación

 

 
METODOLOGÍA

Es importante informar del enfoque metodológico que acompaña a todo el material disponible. De hecho, creemos que en ello estriba su potencial. Estos materiales no han sido desarrollados para abarcarlos de la A a la Z, memorizarlos y luego plasmarlos en un examen. Más bien responden a una metodología de trabajo por proyectos y tareas ("aprender haciendo"), por lo que habrá que tomar a éstas como punto de partida.

Las tareas están ligadas a situaciones de aprendizaje (casos), desarrollan competencias y son el eje vertebrador de los contenidos. La realización de tareas debe ser la actividad docente que más tiempo ocupe durante el curso.

La tarea basada en competencias y contextualizada es el eje vertebrador en torno al cual gira el aprendizaje. Así, los contenidos se convierten en instrumento para la realización de las mismas. Aunque dichos contenidos no pretenden ser exhaustivos, combinan dos características: albergan otros conocimientos, enlazan con información más detallada y garantizan, con un lenguaje y enfoque cercanos, lo que el alumnado necesita saber para la realización de dichas tareas.

Para la resolución de las tareas utilizaremos sólo los contenidos que necesitemos, quedando el resto para profundizar en aquellas temáticas que consideremos oportunas. Esto nos permitirá adaptarnos a los distintos ritmos de aprendizaje que encontramos en nuestras aulas: partiendo de un mínimo, profundizar en función de la capacidad y competencias del usuario. El aprendizaje se produce, por tanto, a través del esfuerzo personal del alumnado en la resolución de las tareas, con la ayuda y orientación del profesorado.

Asimismo, el material didáctico (que se ofrece como propuesta curricular, cuyos contenidos y tareas son modificables y adaptables al entorno particular de cada aula) está pensado para potenciar la autonomía de aprendizaje. Todo ello conlleva un cambio de roles de las partes que intervienen. El profesorado no da clases magistrales, sino que ayuda al alumnado a encontrar en los contenidos aquella información que necesita para resolver las tareas. Su papel es también dinamizador, pues a partir de tareas trabajadas se pueden abrir debates sobre los contenidos que se precisen para fomentar la producción oral, el debate, la confrontación de ideas y aprender de quienes comparten el mismo proceso de aprendizaje (aprendizaje colaborativo).

Por su lado, el alumnado deberá hacer un esfuerzo al entrar en una nueva dinámica. Ya no sólo oye, toma apuntes y luego los aplica a ejercicios o los pone en un examen. Ahora examina los contenidos, busca información en la Web, emite opiniones sobre los temas de trabajo y consulta dudas a sus profesores (y otras personas del grupo) para realizar aquellas acciones que la tarea le pide, con lo que gradualmente se potencia el aprendizaje autónomo. 

Paralelamente, la corrección de tareas y otras actividades por parte del profesorado, si se utiliza de forma eficiente, se convierte en la herramienta más potente a la hora de realizar el seguimiento del alumnado y orientar al mismo durante el curso. No es tanto dar una calificación sobre la calidad en la ejecución de las tareas (que también) sino, en su caso, orientar sobre los puntos débiles y hacer propuestas de mejora.

Incluir este modelo pedagógico en la práctica docente requiere de varios elementos:
  • Tiempo y progresividad, necesarios para que tanto el alumnado como el profesorado se adapten a los nuevos hábitos de trabajo, enseñanza y aprendizaje.
  • Un modelo de evaluación que responda a esta forma de trabajar. Si trabajamos por tareas, cuya ejecución conlleva mucho tiempo y esfuerzo, éstas deberán tener su peso proporcional en la calificación trimestral y final. De igual modo, los ejercicios de evaluación responderán a la forma en la que hemos adquirido conocimiento. Serán pruebas en los que pidamos al alumnado "hacer cosas prácticas" relacionadas con el currículum abarcado, evitando el uso exclusivo de actividades que consistan en repetir contenidos previamente memorizados.

LA EVALUACIÓN

La evaluación debe ser coherente con la metodología de trabajo propuesta. Dado que en el proceso de aprendizaje y adquisición de competencias y conocimientos intervienen varias acciones que ocupan una parte proporcional del tiempo que el alumnado dedica a la superación del curso, conviene dar un peso ponderado a cada una de dichas acciones, con el consiguiente traslado a las programaciones didácticas de ámbito, modulo o materia e información al alumnado de cuándo, cómo y con qué instrumentos va a ser evaluado, indicando el peso que en la calificación tendrán cada uno de los siguientes aspectos:
  • La participación y el nivel de la misma.
  • Las tareas y su grado de ejecución.
  • La capacidad de trabajo individual y trabajo en equipo.
  • Las pruebas que se realicen, que deberán responder a la metodología de trabajo empleada.

 

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