2.1. Tipos de tarjetas

Integradas

Muchos de los ordenadores ya vienen con una tarjeta de sonido integrada en la placa base. Las necesidades multimedia han hecho de ellas un elemento absolutamente necesario y esa ha sido la solución más económica. Estas tarjetas se basaban en el Audio Codec '97 (AC'97) desarrollado por Intel. Las especificaciones AC'97 garantizaban, entre otras cuestiones que no vamos a enumerar, que la tarjeta de sonido:

  • Será full-duplex (es decir, que podrá reproducir y grabar sonido a la vez).
  • La frecuencia de muestreo llegará hasta los 48khz y con una resolución de 16 bits (ya veremos más adelante la importancia de esto en la grabación).
  • La entrada de micrófono tendrá la opción de poder elevar (boost) la ganancia en 20dB (así puede preamplificar aún más su débil señal).
  • Tendrá una entrada para el audio del CD.
  • Tendrá, al menos, las entradas para micrófono (MIC) y conexiones en línea (LINE-IN) y la salida para altavoces o auriculares (AUX-OUT).

En el año 2004, surgiría por parte de Intel una nueva especificación denominada Intel High Definition Audio (también denominada HD Audio o Azalia). Las tarjetas desarrolladas con estas especificaciones podrían reproducir audio a través de dos canales con una calidad de 192 kHz y 32 bits y a través de hasta ocho canales con una calidad de 92 kHz y 32 bits. Pero los fabricantes tardarían años en incorporar estas especificaciones.

Estas tarjetas pueden cubrir perfectamente las necesidades básicas de sonido del ordenador para aplicaciones multimedia. Pero tendremos que plantearnos la adquisición de una tarjeta mejor, si queremos características profesionales para la grabación de audio.

Si decidimos prescindir de la tarjeta de sonido integrada para instalar otra (en el interior de un ordenador de sobremesa), debemos tener en cuenta que son tarjetas que están directamente conectadas a los circuitos de la placa base y que, por tanto, no es posible quitarlas. Lo que debería hacerse entonces, antes de instalar la nueva tarjeta, es desactivar la tarjeta integrada (generalmente esto puede hacerse desde la BIOS Setup), para que no surjan conflictos entre ambas.

PCI

En el momento en que decidimos instalar en nuestro equipo una tarjeta, lo más habitual es que se conecte a una ranura PCI y que las conexiones de entrada y salida de la misma se muestren en una de las bahías de la parte trasera del ordenador.

Estas tarjetas no tienen por qué ser caras (de hecho hay un gran mercado que con su demanda favorece los precios bajos), pero la calidad de sonido y otra serie de prestaciones adicionales, que pueda ofrecer la tarjeta, pueden hacer que merezca la pena con respecto a las tarjetas integradas.

Con sonidos internos

Casi todas las tarjetas dedicadas a aplicaciones multimedia disponen de unos sonidos internos de cierta calidad, para que suenen los archivos MIDI. Dentro de estas tarjetas han tenido especial éxito las que trabajan con soundfonts (más adelante abordaremos este tema), por su buena relación calidad-precio. También las hay que tienen un sintetizador interno de calidad, pero eso eleva su coste considerablemente. De todos modos, el que tenga o no sonidos internos no es algo crucial para una buena tarjeta de sonido. De hecho, muchas de las tarjetas dedicadas a un mercado más profesional de la música no suelen incluirlos. Los archivos MIDI pueden interpretarse a través de sintetizadores o módulos de sonido externos (con una calidad superior a los sonidos de las soundfonts). Incluso hay programas que pueden reproducir soundfonts sin falta de la tarjeta de sonido que pueda gestionarlos.

Con módulo de conexiones

Para poder ofrecer más posibilidades de conexión y que éstas estén fácilmente accesibles, hay tarjetas PCI que incluyen además un módulo de conexiones, que puede colocarse en una de las bahías frontales del ordenador (por donde se sitúan el CR-ROM o el DVD) o ser externo (con lo que puede situarse en cualquier parte del estudio de sonido en función de la longitud del cable).

Multipuerto

Una característica muy importante de las tarjetas de sonido, que pretenden ser utilizadas especialmente para la grabación de audio, es que sean multipuerto. Esto no sólo implica la posibilidad de poder conectar distintos dispositivos de sonido sino, además, la de grabar el sonido de todos esos dispositivos al mismo tiempo.

Audio

También se conectan a ranuras PCI tarjetas de sonido semiprofesionales o profesionales, cuyas prestaciones son mucho más elevadas en cuanto a calidad de grabación y conexiones. No suelen tener sonidos internos y muchas veces tampoco posibilidad de conexiones MIDI. Toda su tecnología y esfuerzo se centra en poder grabar, procesar y mezclar audio con la mayor calidad. Y eso se nota claramente en su coste.

USB y Firewire

La necesidad de disponer de tarjeta de sonido de calidad, que pueda conectarse a los ordenadores portátiles para poder grabar audio, han hecho que proliferen dispositivos que se conectan a los puertos USB o Firewire. El número de entradas y conexiones disponibles es variable, en función del modelo, y suelen incluir entre ellas una entrada y una salida MIDI.

La elección

La elección de la tarjeta de sonido, al igual que cualquier otro componente del estudio de sonido, sería relativamente sencilla, si no estuviese de por medio el tema económico. Es entonces cuando hay que priorizar y, sobre todo, plantearnos para qué la vamos a utilizar y función de ello establecer qué necesitamos. Quizás estas cuestiones podrían ayudar:

  • ¿Voy a utilizarla con un ordenador portátil, con uno de sobremesa o con ambos?
  • ¿Necesito que tenga sonidos internos o tengo dispositivos externos que los pueden generar?
  • ¿Quiero grabar audio desde dispositivos externos o no?
  • ¿Necesito muchos tipos de conexiones?
  • ¿Necesito grabar desde varias entradas simultáneamente?
  • ¿Qué calidad de audio necesito? (La que creo que necesito ¿la necesito realmente?)

Desde luego está claro que no es lo mismo querer darle una utilización profesional (casi de estudio de grabación), que emplearla para aplicaciones multimedia y pequeñas producciones de carácter didáctico. Por eso quizás lo mejor es siempre, si no se tiene ninguna experiencia en el tema, empezar por una tarjeta sencilla y comprobar si es suficiente o no para lo que queremos hacer. Es mejor que nos guíen los hechos y la realidad, que los castillos en el aire de proyectos que nos hagan gastar dinero en equipos que luego tengan una utilización mínima en cuanto a tiempo de uso y sus posibilidades.