Los programas que trabajan con el sonido y con la música han tenido que recurrir también a sistemas de representación gráfica del sonido. Es evidente esta necesidad, puesto que lo que pretendemos con estos programas no es sólo poder recoger o registrar el sonido (o la información que lo representa), sino también manipularlo (editar, modificar, transformar...). Así nos encontramos con distintas formas de representación, que ya se han convertido en habituales y casi en un estándar:

Representación de la información audio.

Podemos ver esta representación habitualmente en los editores de audio. Los sonidos grabados digitalmente se muestran en forma de onda compleja, que puede observarse con mayor o menor precisión, en función de la escala empleada a través de las herramientas de zoom. A continuación podemos ver una muestra de este tipo de representación en el editor de audio Audacity

Fragmento de onda.	Ampliación del fragmento de onda (en gris oscuro).

Pistas en un secuenciador.

El siguiente ejemplo se refiere a las pistas audio del secuenciador n-Tack.

Representación de la información MIDI.

Como veremos más adelante, el lenguaje MIDI viene a equivaler a la partitura musical del ordenador o de los instrumentos musicales que entienden dicho lenguaje. De hecho muchos secuenciadores pueden mostrar dicha información en forma de notas musicales, para facilitar su visualización y manipulación a los que entienden el lenguaje musical (los secuenciadores más complejos incluyen herramientas que permiten disponer de un auténtico editor de partituras). Así, una pista con información MIDI (por ejemplo el comienzo del tema Yesterday de los Beatles) puede visualizarse de las siguientes formas:

Como partitura:

Como piano roll

Como lista de eventos [MIDI]

Este último caso quizás sea el menos amigable, pero también es cierto que, posiblemente, sea el que mejor refleja el tipo de información que realmente se transmite vía MIDI.