El sonido y su representación

El sonido, como materia prima, hace de la música quizás la más abstracta de todas las artes. Los sonidos, una vez producidos y escuchados, nos abandonan y desaparecen. Sólo los sistemas de grabación del sonido, que surgen en el siglo XIX, y nuestra memoria (evidentemente con mucha menos fidelidad que la grabación) consiguen que no desaparezcan del todo. Pero, en cualquier caso, para volver a sentirlos necesitamos producirlos de nuevo.

Por eso para trabajar con los sonidos es de una gran utilidad un sistema gráfico de representación, que permita su análisis, interpretación y manipulación. Los intérpretes y los compositores tienen en la partitura un recurso casi indispensable para la realización de su labor. Los programas que trabajan con el sonido y con la música recurren bien a la representación de la notación musical o a representaciones alternativas que, más que excluir o evitar la notación musical, la complementan.