4.3. Realización y edición

Para la realización y edición de la grabación podemos establecer los siguientes momentos:

  1. Inicio y final de la grabación.
  2. Comprobación de la grabación.
  3. Edición básica de la grabación.
  4. Archivo de la grabación.

1º) Inicio y final de la grabación

Una vez realizados todos los pasos anteriores, llega el momento de iniciar la grabación. No hemos mencionado hasta ahora el programa que se utilizará para realizar la grabación. En principio, será un secuenciador que maneje pistas audio, pero también podríamos emplear el editor de audio (u otros programas que permitan la grabación) si sólo queremos grabar una pista, aunque luego el secuenciador es el que nos va a permitir realizar la fase de mezcla, de aplicación de plugins de efectos, etc. Y el editor de audio siempre se utilizará como complemento importante para la edición del sonido.

Los pasos podríamos resumirlos en los siguientes:

  1. Iniciar la grabación dentro del programa.
  2. Iniciar la reproducción de la fuente de grabación que puede ser:
    • Intérprete/s que comienza/n a tocar la música.
    • Archivo/s MIDI gestionado/s por el secuenciador y que hacen sonar los sonidos de la tarjeta, un instrumento virtual o un dispositivo MIDI externo.
    • Reproductor de CD, de casete, de discos, ...
  3. Detener el programa de grabación, una vez que ha concluido lo que se pretendía grabar.
  4. Detener la fuente de grabación.
La grabación podemos monitorizarla con unos auriculares y, a la vez, si el programa de grabación dispone de ellos, comprobar los indicadores de los niveles de grabación. Así, durante el transcurso de la misma, ya se puede comprobar si todo está yendo bien.

2º) Comprobación de la grabación

Una vez terminada la grabación, puede comprobarse si todo ha salido según lo previsto. Si ha habido dificultades técnicas o si la interpretación de los músicos ha presentado algún problema o, simplemente, se quiere disponer de distintas versiones, entonces se realizarán diferentes tomas repitiendo el paso anterior.

3º) Edición básica de la grabación

Cada una de las pistas o tomas grabadas puede requerir algunas labores de edición básica antes de iniciar la mezcla. Por ejemplo, podemos eliminar el tiempo previo y final (que puede tener silencio, ruidos de fondo, ...) aunque tampoco debemos apurar en exceso. Además, un poco de ese tiempo puede servir para medir el ruido de fondo y eliminarlo con alguna función específica del editor de audio o de algún plugin que realice esta labor específicamente, aunque esto conviene usarlo con moderación, porque la grabación puede perder brillo y no debiera utilizarse para mejorar una mala grabación que tengamos posibilidad de repetir.

Aunque elaboremos un proyecto de lo más simple, donde sólo utilicemos unas pocas pistas de grabación, lo mínimo que podemos hacer es compensar adecuadamente el volumen de cada una de ellas, para que las que tengan un contenido más relevante no queden tapadas por otras pistas secundarias. También podemos aplicar algún pequeño efecto y, por último, normalizar (aplicar el efecto de normalización) la mezcla final. De este modo, habremos realizado de modo muy simple las fases de mezcla y masterización.

4º) Archivo de la grabación

Las distintas pistas y tomas de las mismas, que vamos realizando, deberemos guardarlas en formato WAV para que mantengan toda la calidad de la grabación realizada. Conviene tener mucha organización desde el principio, para que no resulte un imposible localizar los archivos. Cada sesión de grabación podría grabarse en una carpeta y dentro de ésta todos los archivos de audio perfectamente identificados. Si la sesión es compleja, no estaría de más guardar también un archivo de texto que recogiese todo lo significativo del proceso de grabación: configuración de aparatos, micrófonos utilizados y su colocación, conexiones realizadas, sonidos empleados, etc.

El entorno digital permite guardar fácilmente la configuraciones que se hayan hecho, sin tener que anotarlas manualmente, pero será necesario que nos acordemos de guardar los archivos que contienen esas configuraciones. Por ejemplo, si empleamos un instrumento virtual y hemos manipulado sus controles para variar su sonido, podemos guardar su posición exacta en un archivo. Y, desde luego, no debe olvidársenos guardar el archivo del proyecto del secuenciador.