3.3. Mesa de mezclas

La mesa de mezclas constituye el centro neurálgico de todo sistema de sonido, ya que todos sus dispositivos van a ella. Nos permite disponer de varias entradas audio, a las que podemos tratar independientemente en cuanto a su volumen, ecualización, panorama, inserción de efectos, etc., junto con otra serie de controles, que facilitan la monitorización de cada canal (su escucha previa o aislada). Cada entrada tiene asignado un canal, que cuenta con todos los controles necesarios para realizar lo que acabamos de comentar (de ahí la cantidad de botones y controles que se observan). Y toda la información audio que entra y se procesa en la mesa de mezclas puede sacarse por una o varias salidas, para grabarla en el disco duro del ordenador y para poder escucharla en los altavoces. No todas las mesas de mezclas disponen del mismo número de canales, ni de controles para cada canal.

Actualmente existen mesas de mezclas analógicas y digitales. Las digitales, entre otra serie de ventajas, permiten memorizar y guardar la información, sobre todos los ajustes hechos en los controles de cada canal, automatizando muchos de los procesos que se pueden llevar a cabo con ellas.

Las tarjetas de sonido disponen también de mezcladores, para controlar el volumen de entrada (grabación) y salida (reproducción) de los dispositivos a ella conectada. Naturalmente, los secuenciadores tienen su propio mezclador, generándose un canal con cada pista (audio o MIDI) generada. Es decir, aunque no nos moviésemos del ámbito digital, empleando sólo instrumentos y efectos virtuales, necesitaríamos utilizar la mesa de mezclas del secuenciador.

En el momento en que vayamos a utilizar más de una entrada audio, una pequeña mesa de mezclas puede sernos de utilidad, aunque aspiremos sólo a un modesto estudio de sonido. Existen mesas de mezclas analógicas con 10 ó 12 canales, que no tienen por qué suponer un gran desembolso (aunque como siempre, antes hay que preguntarse si se necesitan o se van a usar, porque en caso contrario siempre resultarán caras). Con esas mesas podemos disponer de varias entradas de micrófono (con posibilidad de alimentación fantasma para micrófonos de condensador) y otros canales, para conectar los dispositivos que nos interese o que tengamos (módulos de sonidos, sintetizadores, samplers, un equipo HI-FI con su radio, su casete, su plato de discos de vinilo, etc.).

Resumiendo, si vamos a tener que utilizar varias fuentes de audio externas, una pequeña mesa de mezclas nos puede ser de utilidad para:

  • Grabar desde varias fuentes de sonido a la vez (algo absolutamente necesario, si nuestra tarjeta de sonido sólo tiene una entrada LINE-IN).
  • Disponer de varias entradas de micro de mayor calidad que la que tienen las tarjetas de sonido de gama baja.
  • Poder escuchar varias de esas fuentes, empleando unos únicos altavoces, sin tener que andar conectando y desconectando.

Claro que, si disponemos de una buena tarjeta de sonido multipuerto con suficientes entradas, podemos plantearnos la utilidad de la mesa de mezclas en la grabación. Con la tarjeta multipuerto cada canal puede grabarse en un pista independiente y editarse por separado. Con la mesa de mezclas lo que se grabaría sería ya la mezcla del sonido de todos los dispositivos, que hayamos utilizado, y no podríamos editar cada uno por separado (a no ser que fuésemos grabando cada pista por separado).