1.1. Composición

Esta fase puede estar ya resuelta en el momento de iniciar el proceso de producción, aunque también podría iniciarse o continuarse justo entonces. Los casos posibles son variados y en esta fase podríamos encontrarnos, por ejemplo, con:

  • Temas musicales que estarían más o menos claros, así como las letras (en caso de tratarse de música vocal). Podría tratarse de canciones que su autor ya tiene definidas en cuanto a los temas, letras y quizás los acordes básicos con los que acompañarlas.
  • Composiciones más elaboradas que tuviesen ya muy definidos todos los arreglos y la instrumentación con la que van a realizarse.
  • Temas ya conocidos de los que se pretenden realizar versiones haciendo, por ejemplo, cambios de estilo, nuevos arreglos,...
  • Ideas vagas de lo que se pretende y que se van puliendo sobre la marcha, a medida que se van realizando lo que sería propiamente la composición y los arreglos.

En esta fase mencionamos a menudo la palabra arreglo que hace alusión a toda una serie de cuestiones, que sería difícil separar de lo que sería el proceso de composición de un autor de música clásica, que concebía sus temas, su forma o estructura y su orquestación y plasmaba en la partitura algo muy acabado. En muchos grupos de música modernos las canciones pueden partir de uno o varios miembros del grupo o ser compuestas por otra persona. Esas composiciones pueden, por otro lado, limitarse a una serie de temas melódicos con una letra, que necesitan concretarse más en cuanto a su estilo, estructura final, selección de instrumentos, lo que va a interpretar cada uno de éstos, etc.

También podríamos incluir en esta fase la creación y/o selección de sonidos. El hecho de seleccionar sonidos, dentro de las inagotables posibilidades que ofrecen los sintetizadores y los samplers (tanto hardware como software), puede ser algo realmente trabajoso y difícil. Pero aún lo es más, si además se pretende crear sonidos nuevos empleando todas las posibilidades de creación y edición que ofrecen estos instrumentos. Aunque la selección y creación de sonidos es algo que puede continuar realizándose en fases posteriores del proceso de producción, sobre todo con la aplicación de efectos.

Las herramientas utilizadas en esta fase son diversas:

  • El secuenciador será el elemento básico, pues en él se pueden organizar, probar y editar todas la ideas musicales, con la selección de instrumentos que se hayan realizado, para instrumentos que se muevan en el entorno MIDI (hardware o software). Para disponer de todas aquellas ideas que requieran instrumentos acústicos o voz, habrá que esperar a la fase de grabación (aunque en su defecto siempre podrían realizarse previamente con instrumentos MIDI). Además, ya hemos comentado que uno de los posibles editores del secuenciador (aunque no todos lo poseen) puede mostrarnos la información en modo de partitura. Naturalmente también podemos trabajar con todo aquel audio que ya contemos previamente (muestras, loops, etc.) y modificarlo, si se considera necesario, con un editor de audio.
  • Instrumentos MIDI, tanto hardware (sonidos de la tarjeta de sonido o de dispositivos MIDI externos) como software. Hablamos en ambos casos de sintetizadores, samplers, emulaciones de instrumentos, etc.
  • Procesadores de efectos (tanto software como hardware) que podrían aplicarse a aquellos instrumentos que se quieran ya grabar con estos efectos (aunque si luego no nos convence el efecto empleado, nos veremos obligados a realizar de nuevo la grabación).