3.1. Resolución

La resolución de una grabación establece su grado de fidelidad con respecto al sonido original. Depende de dos factores básicos que son la frecuencia de muestreo y la profundidad de bits. Son los parámetros que emplea el conversor A/D (analógico/digital) que se encuentra en la tarjeta de sonido. Ambos, por tanto, son claves para establecer la calidad del sonido final.

La frecuencia de muestreo establece cuántas muestras por segundo se tomarán del sonido original. Cuantas más muestras por segundo, mayor será la aproximación del sonido grabado al sonido original. Esta frecuencia se mide en ciclos por segundo: hercios (Hz). Así una frecuencia de muestreo de 44,1khz significa que para la grabación de un segundo de sonido se han tomado 44100 muestras.

El Teorema de Nyquist establece que para poder representar digitalmente con fidelidad un sonido analógico, la frecuencia de muestreo debe ser al menos el doble de la frecuencia más aguda presente en la señal analógica. Teniendo en cuenta que los límites de audición del ser humano se sitúan en torno a los 20000Hz, parece claro que una frecuencia de muestreo de 44100Hz puede cumplir con estas expectativas.

La profundidad de bits establece cuántas gradaciones distintas se pueden emplear al realizar cada muestra. Cuantos más bits, mayor será la aproximación del sonido grabado al original.

Para entender mejor esto, baste recordar que un bit (binary digit) es la unidad más pequeña de almacenamiento de un ordenador y puede tener dos valores posibles: 1 y 0. Para calcular cuántos números del sistema decimal (el que utilizamos los seres humanos habitualmente para contar) podemos representar con un número binario de un cierto número de bits, solo hay que hacer la siguiente operación: 2 elevado al número de bits. Así por ejemplo con 8 bits podemos representar cualquier número decimal entre 0 y 255 (2 elevado a 8 nos da 256 números posibles, contando el cero). Por tanto con 16 bits (la resolución de un CD de audio) podemos representar hasta 65.536 gradaciones posibles y con 32 bits hasta 4.294.967.296.

Mejor con imágenes. Todo el mundo entiende que cuanta más resolución tenga una imagen (mayor número de megapíxeles), mayor será el detalle y la nitidez con que la percibamos. Pues establezcamos una analogía entre la resolución de un imagen y la frecuencia de muestreo.

De igual modo, no es lo mismo representarla con tan solo 16 colores a hacerlo con millones de matices de color distintos. Pues establezcamos también una analogía entre la cantidad de colores utilizados en una imagen y la profundidad de bits en el sonido.

También hay que tener en cuenta en el establecimiento de la resolución de grabación el número de canales para los que se va a realizar la grabación. Si sólo se realiza para un canal, hablamos de una grabación mono. Si se realiza para dos canales, entonces se denomina estéreo. Esos son los dos tipos básicos de selección de canales de grabación, aunque los nuevos sistemas de sonido envolvente están haciendo que este número vaya creciendo. Y naturalmente esto amplía las exigencias de tamaño de los archivos de grabación, puesto que las exigencias, en cuanto a frecuencia de grabación y resolución de intensidad que hayamos elegido, habrá que multiplicarlas por el número de canales seleccionados.

El estándar de grabación con calidad de Compact Disc se estableció en una frecuencia de muestreo de 44100Hz con una profundidad de 16 bits en estéreo. Sin embargo, los avances tecnológicos de los últimos años están extendiendo cada vez más sistemas de grabación (que ya se encuentran en tarjetas de sonido que podríamos catalogar como semiprofesionales), que emplean una frecuencia de muestreo de 96.000Hz con una profundidad de 24 bits. Parece que las ventajas de este incremento de resolución afloran durante la fase de mezclas y, en cierta medida, también durante la fase de grabación, puesto que es muy difícil grabar realmente a 16 bits de profundidad, ya que implicaría grabar con el nivel de entrada máximo (sin embargo, grabando a 24 bits se garantiza, aunque el nivel de grabación no sea el máximo, más de esos 16 bits), aunque la capacidad de un CD no varía y al final debería masterizarse con la resolución habitual.