3.2. Tamaño de los archivos

Parece claro que, si la calidad de grabación es mayor, siempre deberíamos grabar con la mayor frecuencia de muestreo posible y con el mayor número de bits de intensidad. Pero el precio que hay que pagar por tanta calidad es el tamaño del archivo resultante.

Pongamos un ejemplo. Imaginemos que hemos grabado un minuto de sonido con una frecuencia de muestreo de 44.100Hz y una profundidad de 16 bits en estéreo (es decir, los valores empleados para grabar con calidad de CD). Para calcular cuánto nos ocuparán los datos generados en esta grabación, basta hacer la siguiente operación:

60 segundos x 44.100Hz x 16bits x 2 canales = 84.672.000 bits

Es decir, un minuto de grabación con esa calidad nos requiere 84.672.000 bits, lo que traducido a bytes (un byte es igual a 8 bits) serían 10.584.000. En resumen, necesitamos unos 10 Mb para grabar un minuto de sonido con calidad de CD. Esto nos explica también de dónde viene el límite de capacidad de 74 minutos de grabación en un CD audio.

Y si empleamos una resolución de grabación 96 khz y 24 bits en estéreo, cada minuto de grabación nos ocuparía unos 33 Mb (60 segundos x 96.000Hz x 24 bits x 2 canales = 276.480.000 bits). Es decir, que si queremos grabar con esta resolución, debemos tener muy en cuenta que la cantidad de espacio en el disco duro que nos van a requerir las grabaciones es algo más del triple que con la otra resolución.

Tampoco debemos olvidar que el tamaño de los archivos generados implica un mayor consumo de los recursos de procesamiento que intervienen en su generación. Y esto significa que, a mayor resolución de grabación, se reduce la cantidad de pistas audio que, por ejemplo, podrán grabarse simultáneamente.