1.2. Otros CODECs

Existen varios formatos de archivos de audio comprimido y, en consecuencia, códecs distintos al MP3. Como más significativos podríamos mencionar los siguientes:

  • Ogg Vorbis: es un formato de audio libre (gratuito), que tiene una gran calidad ocupando menos espacio que el MP3. Se convierte así en el principal rival de formatos como AAC (sucesor del MP3 y que se conoce también con el sobrenombre de MP4).
  • Windows Media Audio (WMA): es la alternativa de Microsoft a los formatos de compresión. Es un codec que ofrece calidad y, algo que interesa mucho a las empresas que comercializan música a través de la red, la incorporación de tecnologías que permiten la gestión de derechos digitales (pudiendo así limitar o bloquear la copia de archivos).
  • MP3 Pro: es un formato propietario que debe pagarse, si se quiere utilizar para codificar (es gratuito para reproducir). Creado por la empresa sueca Coding Technologies y patentado por Thompson,
  • AAC (Advanced Audio Coding): compite en calidad con el formato Ogg y es utilizado por Apple en su tienda de música on-line,
  • Real Audio: posiblemente sea el formato con más utilización en la elaboración de contenidos para su difusión en tiempo real (ahora en clara competencia con WMA)

Todos los códecs que acabamos de citar eliminan parte de la información audio que se graba. Se denominan códecs de audio con pérdidas (lossy). Pero también existen códecs de audio sin pérdidas (lossless) que permiten codificar el audio sin pérdidas de calidad (aunque no puede reducirse mucho el tamaño de los archivos). Por ejemplo:

  • FLAC (Free Lossless Audio Codec)
  • Monkey’s Audio

Para reproducir los archivos generados por los distintos códecs existen programas reproductores (como por ejemplo Jetaudio, Winamp, Windows Media Player, etc). Muchos de estos programas permiten reproducir los archivos de los formatos más habituales, pero estos programas funcionan en un ordenador. Es decir, que si queremos escucharlos en un equipo de música, no vamos a poder, porque no está preparado para decodificarlos, aunque el gran éxito del formato MP3 ha hecho que surjan reproductores de CDs y de DVD que sí que son capaces de leer estos archivos.

Por otro lado, si los utilizamos para comprimir, existen webs que facilitan la descarga de los códecs gratuitos (el códec MP3 Pro y los del Instituto Fraunhofer, por ejemplo, requieren una licencia de uso) e incluso tienen aplicaciones que facilitan su instalación y uso.

En la elección de un códec, para realizar la compresión de los archivos audio, podemos tener en cuenta distintos elementos y decidir en función del peso que tenga cada uno en cada momento. Por ejemplo, podríamos mencionar:

  • La calidad. Es evidente que no todos los códecs producen el mismo resultado en cuanto a relación calidad/compresión. De hecho el MP3 ya es superado por códecs como los de Ogg Vorbis, AAC o WMA.
  • La compatibilidad. En este aspecto de momento el MP3 se lleva la palma. La enorme difusión que tiene en todos los ordenadores del mundo y sus posibilidades, a la hora de ser reproducido en soportes hardware (reproductores de MP3 específicos y de DVD), lo hacen, de momento, ser el primero en este aspecto. Abriéndose paso está el códec AAC que es el empleado por Apple para su tienda de música y su famoso reproductor iPod (aunque este reproductor también soporta archivos MP3).
  • La posibilidad de hacer streaming. El streaming es una tecnología que permite escuchar (y visualizar en el caso de vídeo) los archivos, mientras se descargan. No tenemos por tanto que esperar a que se descarguen del todo para poder reproducirlos. Eso convierte a este tipo de archivos en ideales para incluir audio en páginas web. Los programas más difundidos que se integran con los navegadores y que permiten hacer este tipo de descargas son RealOne Player y Windows Media Player y, por tanto, los códecs que comprimen los archivos en sus respectivos formatos serán los que nos interesen en estos casos, aunque también MP3pro tiene la posibilidad de distribuir contenidos a través de Internet en tiempo real.